sábado, 31 de mayo de 2008

Del texto “Estar aquí”
Patricia May
(31 de Mayo de 2008)

“Una de las causas centrales del estrés es que solemos estar tan obsesionados con la cantidad de cosas que tenemos que hacer, que la vida se transforma en una actividad incesante de ir haciendo una tarea tras otra, donde la idea es terminar rápido con una para comenzar la otra.

Tendemos a poner atención al objetivo final de lo que hacemos, entregar un informe, hacer el almuerzo, reparar un desperfecto, en una orientación excesiva al logro sin darle importancia a la vivencia del proceso mismo. Sin embargo, la vida ocurre en el proceso. Si observamos en qué disposición interior hacemos las cosas, nos daremos cuenta de que muchas veces estamos en un estado de ansiedad, enojo, inquietud, o dándoles vueltas a problemáticas
[...]

Darnos cuenta de que la fuente de nuestro descontento vital está en el interior de nosotros y comenzar la práctica de transmutarlo.

¿Cómo? Una práctica central es disfrutar el proceso, centrarnos en lo que estamos en el momento, hacer la cama, conversar con alguien, ir a buscar a los niños al colegio, una reunión de trabajo, una lectura, como si eso fuera todo lo que existiera, centrarnos completamente, poner lo mejor en el hacer, en la acción misma, más que en el resultado de la acción. Esto involucra vivir presentes en lo que la vida está siendo en este momento, abandonando toda anticipación, presunción, enojo, estar ahí, simplemente ahí.

El presente es todo lo que existe y al entrar profundamente en cada momento accedemos a un espacio-tiempo distinto, donde desaparece la ansiedad del reloj, del tiempo lineal y con ello la angustia que nos produce el estar siempre “contra el tiempo”. Entramos en un espacio calmo creado por nuestra propia mente donde no hay tiempo, sólo este hacer en la mejor disposición, en profunda entrega de mí, mis habilidades y talentos. Entrar ahí es entrar en un cielo sereno donde cada acto se vuelve tan sagrado que ya nos cuesta catalogar algunas cosa más importantes que otras, todo es importante, todo es sagrado...”

jueves, 8 de mayo de 2008

Del texto “Bajo el volcán”
Cristián Warnken Lihn
(08 de Mayo de 2008)

“Los volcanes estallan donde quieren y cuando quieren. Por cada erupción que logremos prever, siempre habrá un volcán que irrumpa donde no lo esperábamos. Así es la vida. [...] Cada vez que nos dormimos creyendo haber levantado nuestro campamento sobre tierra firme, un estallido nos despierta y nos recuerda que somos fragilidad y milagro [...] ¿Y qué hacer entonces? Vivir sin olvidar el imperativo de Nietzsche: “Levantad vuestra carpa bajos los volcanes”. No sacamos nada con huir, con arrancar lejos de los volcanes, porque éstos están más cerca de lo que pensamos, a la vuelta de la esquina. El que huye de los volcanes huye de la vida.
[...] Y nosotros, que vivimos en el fin de la tierra, bajo el cielo más vasto y al borde de todos los abismos, debiéramos tener ese arte de vivir a la intemperie, en lo incierto. [...] Chile debiera ser un gran laboratorio para aprender a vivir bajo los volcanes. Ésa es nuestra única poética posible, lo demás será siempre copia burda, inauténtica.
Es que no sabemos vivir. ¡No sabemos! Cada explosión del volcán Chaitén es una lección gratuita e inequívoca de lo imprevisible que nos rodea. Las explosiones de supernovas en el cielo también, a otra escala, nos vienen enseñando lo mismo hace milenios.
[...] Queremos programarlo todo, hacer que la vida quepa en nuestras agendas y pautas ilusorias. Pero siempre una sacudida, un viento inconocido desarmará nuestro pretencioso castillo de naipes. [...] No sé si hay un orden oculto, o un desorden que danza a nuestros pies, sólo sé que hay que seguir viajando, como Maja e Inga [viajeras alemanas sesentonas, que no se dejaron vencer por el miedo, a pesar de las inciertas condiciones, y continuaron su largo viaje hasta el final], bajo la ceniza, con el viento en contra, en territorios desconocidos, al extremo sur de nuestras pobres certezas...”