domingo, 30 de septiembre de 2007

Del texto “La cruz del ignaciano”
Felipe Berríos, SJ.

“Hoy, más que una lanza para embestir, es necesaria una sólida formación académica que le permita al ignaciano, con la agudeza de una lanza, comprender la realidad que lo rodea. Más que memorizar, debe aprender a aprender, debe ser crítico y reflexionar, debe saber ir a lo profundo de los problemas y así hacer su propia síntesis. Más que embestir los desafíos, hay que entender los problemas humanos y la complejidad que ellos encierran y, entendiéndolos, aprender de ellos y buscar soluciones.”

sábado, 29 de septiembre de 2007

De la canción “Un día normal”
Juanes

“Hoy es un día normal pero yo voy a hacerlo intenso
hoy puede apagarse el sol pero no la luz de mi alma
en un día como hoy caminaré más despacio
en un día como hoy defenderé mi verdad
en un día como hoy te amarraré con mis brazos
en un día como hoy.

Porque nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes
lamentablemente nunca vuelve...”

viernes, 28 de septiembre de 2007

Del libro “Novum Organum”
Francis Bacon
(Aforismo XCV)

“Los que han manejado las ciencias han sido empíricos o dogmáticos. Los hombres del experimento son como las hormigas; recolectan y usan; los que razonan se parecen a las arañas, que hacen telas de su propia sustancia. Pero la abeja toma un camino intermedio; junta material de las flores del jardín y del campo, pero lo transforma y lo digiere con sus propios medios. No muy diferente es la verdadera tarea de la filosofía, pues no descansa única o principalmente en los poderes de la mente, ni toma lo que obtiene de la historia natural y los experimentos mecánicos y lo pone como un todo en la memoria, tal y como lo encuentra; sino que lo coloca en el entendimiento modificado y digerido.”

jueves, 27 de septiembre de 2007

Del libro “Metafísica”
Aristóteles
(993b)

“La investigación de la verdad en parte es difícil y en parte es fácil. Lo demuestra el hecho de que aunque nadie ha podido individualmente acertarle satisfactoriamente, no podemos, trabajando en conjunto, errar completamente el blanco. Cada pensador ha proporcionado algún conocimiento tocante a la esfera de la naturaleza, y si bien ninguno en especial contribuyó gran cosa a su esclarecimiento, de la reunión de todos los conocimientos se ha gestado algo digno de consideración”

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Aforismo del Mayo francés

“Cuando teníamos las respuestas,
nos cambiaron las preguntas”

viernes, 21 de septiembre de 2007

“Tarde te amé”
San Agustín de Hipona
(354-430)

¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Tú estabas dentro de mi; yo, fuera.
Por fuera te buscaba
Y me lanzaba sobre el bien y la belleza creados por ti.
Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo ni conmigo.
Me retenían lejos las cosas.
No te veía ni te sentía, ni te echaba de menos.
Mostrastes tu resplandor
Y pusistes en fuga mi ceguera.
Exhalaste tu perfume, y respiré, y suspiré por ti.
Gusté de ti, y siento hambre y sed.
Me tocaste, y me abrasé en tu paz.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Del libro “El hombre en busca de sentido”
Víctor E. Frankl
(páginas 63-65)

Cuando todo se ha perdido

“Un pensamiento me petrificó: por primera vez en mi vida comprendí la verdad vertida en las canciones de tantos poetas y proclamada en la sabiduría definitiva de tantos pensadores. La verdad de que el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre. Fue entonces cuando aprehendí el significado del mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad —aunque sea sólo momentáneamente— si contempla al ser querido. Cuando el hombre se encuentra en una situación de total desolación, sin poder expresarse por medio de una acción positiva, cuando su único objetivo es limitarse a soportar los sufrimientos correctamente —con dignidad— ese hombre puede, en fin, realizarse en la amorosa contemplación de la imagen del ser querido. Por primera vez en mi vida podía comprender el significado de las palabras: “Los ángeles se pierden en la contemplación perpetua de la gloria infinita.”

(…) Un pensamiento me asaltó: ni siquiera sabía si ella vivía aún. Sólo sabía una cosa, algo que para entonces ya había aprendido bien: que el amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo. Que esté o no presente, y aun siquiera que continúe viviendo deja de algún modo de ser importante. No sabía si mi mujer estaba viva, ni tenía medio de averiguarlo (durante todo el tiempo de reclusión no hubo contacto postal alguno con el exterior), pero para entonces ya había dejado de importarme, no necesitaba saberlo, nada podía alterar la fuerza de mi amor, de mis pensamientos o de la imagen de mi amada. Si entonces hubiera sabido que mi mujer estaba muerta, creo que hubiera seguido entregándome —insensible a tal hecho— a la contemplación de su imagen y que mi conversación mental con ella hubiera sido igualmente real y gratificante: “Ponme como sello sobre tu corazón... pues fuerte es el amor como la muerte”. (Cantar de los Cantares, 8,6.)”

miércoles, 19 de septiembre de 2007

De la columna “Los desafíos para el nuevo Papa”
Fernando Montes, SJ
(9 de abril de 2005)

“Dependiendo de sus sensibilidades espirituales, unos subrayarán la necesidad de continuar lo realizado y otros indicarán lo que falta. Probablemente las dos posiciones tienen razón. La Iglesia no puede dejar de ser fiel a su tradición, pero debe también mirar hacia adelante sin amarrarse a una época o estilo, buscando un lenguaje que sea inteligible porque la palabra y la verdad son para ser comunicadas y no instrumentos para atrincherarse. En eso Juan Pablo II fue admirable. La encarnación supone hacerse griego con los griegos, es decir, contemporáneo con el hombre y la mujer de este tiempo.”

martes, 18 de septiembre de 2007

De la canción “Manifiesto”
Víctor Jara

“Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón.

Tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas.

Aquí se encajó mi canto
como dijera Violeta
guitarra trabajadora
con olor a primavera...”

domingo, 16 de septiembre de 2007

Del texto “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?”
Comunión y Liberación

“Al iniciar un nuevo semestre, nos damos cuenta de que a menudo utilizamos la razón, en el estudio como en la vida, pretendiendo categorizar y clasificar la realidad. Pero si uno es sincero con su experiencia reconoce que esto no nos basta. Siempre hay un punto de fuga, algo que no es asible ni totalmente aprehensible. Algo que se escapa a nuestra medida, que nos lleva más allá, que nos pone una pregunta.

Un amigo profesor llevó a sus alumnos al Planetario, y al preguntarles qué les había llamado la atención, ellos respondieron: ¿Quién ha hecho todo esto?, ¿qué sentido tiene?, ¿quién es el dueño? Nadie preguntó: “¿Cuántas estrellas hay?” o cosas por el estilo. La realidad que habían contemplado desafiaba su razón mucho más de lo que él había pensado. La razón se manifestó como una exigencia que tenía que ver con la totalidad.

La razón nos remite a la necesidad del hombre de ser relación con todas las cosas. Exigencia y pregunta a la vez, inextirpable en nosotros que no se conforma con una medida parcial, no se conforma con obtener un título universitario, con la más enorme fortuna, la más exquisita belleza, ni el proyecto social más perfecto... Entonces, ¿De qué nos sirve ganar el mundo entero...? ¿cómo no perderse uno mismo?”

viernes, 14 de septiembre de 2007

Del libro “Niebla”
Miguel de Unamuno

“Pues señor ––iba diciéndose Augusto al separarse de la portera––, ve aquí cómo he quedado comprometido con esta buena mujer. Porque ahora no puedo dignamente dejarlo así. Qué dirá, si no, de mí este dechado de porteras. ¿Conque... Eugenia Dominga, digo Domingo del Arco? Muy bien, voy a apuntarlo, no sea que se me olvide. No hay más arte mnemotécnica que llevar un libro de memorias en el bolsillo. Ya lo decía mi inolvidable don Leoncio: ¡no metáis en la cabeza lo que os quepa en el bolsillo! A lo que habría que añadir por complemento: ¡no metáis en el bolsillo lo que os quepa en la cabeza! Y la portera, ¿cómo se llama la portera?”

martes, 11 de septiembre de 2007

Del texto “Serenidad” (Gelassenheit)
Martin Heidegger

“Del mismo modo que solamente podemos llegar a ser sordos porque somos oyentes y del mismo modo que únicamente llegamos a ser viejos porque éramos jóvenes, por eso mismo también únicamente podemos llegar a ser pobres e incluso faltos de pensamiento porque el hombre, en el fondo de su esencia, posee la capacidad de pensar, «espíritu y entendimiento», y que está destinado y determinado a pensar. Solamente aquello que poseemos con conocimiento o sin él podemos también perderlo o, como se dice, desembarazarnos de ello.

La creciente falta de pensamiento reside así en un proceso que consume la médula misma del hombre contemporáneo: su huida ante el pensar. Esta huida ante el pensar es la razón de la falta de pensamiento.”

lunes, 10 de septiembre de 2007

Del libro “Ética para Amador”
Fernando Savater

“Y así llegamos a la palabra fundamental de todo este embrollo: libertad. Los animales (y no digamos ya los minerales o las plantas) no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer. No se les puede reprochar que lo hagan ni aplaudirles por ello porque no saben comportarse de otro modo. Tal disposición obligatoria les ahorra sin duda muchos quebraderos de cabeza. En cierta medida, desde luego, los hombres también estamos programados por la naturaleza. Estamos hechos para beber agua, no lejía, y a pesar de todas nuestras precauciones debemos morir antes o después. Y de modo menos imperioso pero parecido, nuestro programa cultural es determinante: nuestro pensamiento viene condicionado por el lenguaje que le da forma (un lenguaje que se nos impone desde fuera y que no hemos inventado para nuestro uso personal) y somos educados en ciertas tradiciones, hábitos, formas de comportamiento, leyendas..., en una palabra, que se nos inculcan desde la cunita unas fidelidades y no otras. Todo ello pesa mucho y hace que seamos bastante previsibles.”

domingo, 9 de septiembre de 2007

Del libro “Del sentimiento trágico de la vida”
Miguel de Unamuno

“La ca­ridad no es brezar y adormecer a nuestros hermanos en la inercia y modorra de la materia, sino despertarles en la zo­zobra y el tormento del espíritu.

A las catorce obras de misericordia que se nos enseñó en el catecismo de la doctrina cristiana, habría que añadir a las veces una más, y es el de despertar al dormido. A las veces por lo menos, y desde luego cuando el dormido duerme al borde de una sima, el despertarle es mucho más misericordioso que enterrarle después de muerto, pues dejemos que los muertos entierren a sus muertos…

El que ama al prójimo le quema el corazón, y el corazón, como la leña fresca, cuando se quema, gime y destila lágrimas.”

sábado, 8 de septiembre de 2007

Del libro “Memorias en el Olvido”
Fragmento de la carta de Gustav a la Princesa Trinidad
Sebastián Rojas Saffie


“...¿Qué importa quién soy? si a fin de cuentas lo que importa en esta vida son las acciones, eso queda, eso marca y se recuerda, de las acciones justas nacen los héroes eternos y de las injustas los tiranos y bellacos de todas las eras, por tanto, creo que no viene al caso el saber de donde provengo, sino en que empeño mi vida...”

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Del libro “El hombre en busca de sentido”
Víctor E. Frankl
(página 87)

“…¿No recuerda esto el relato de Muerte en Teherán? En cierta ocasión, un persa rico y poderoso paseaba por el jardín con uno de sus criados, compungido éste porque acababa de encontrarse con la muerte, quien le había amenazado. Suplicaba a su amo para que le diera el caballo más veloz y así poder apresurarse y llegar a Teherán aquella misma tarde. El amo accedió y el sirviente se alejó al galope. Al regresar a su casa el amo también se encontró a la Muerte y le preguntó: “¿Por qué has asustado y aterrorizado a mi criado?” “Yo no le he amenazado, sólo mostré mi sorpresa al verle aquí cuando en mis planes estaba encontrarle esta noche en Teherán”, contestó la muerte.”

martes, 4 de septiembre de 2007

“¿A quiénes amar?”
Extracto de una reflexión personal escrita en noviembre de 1947
Alberto Hurtado, SJ
“A todos mis hermanos de humanidad. Sufrir con sus fracasos, con sus miserias, con la opresión de que son víctima. Alegrarme de sus alegrías. Comenzar por traer de nuevo a mi espíritu todos aquellos a quienes he encontrado en mi camino: Aquellos de quienes he recibido la vida, quienes me han dado la luz y el pan. Aquellos con los cuales he compartido techo y pan. Los que he conocido en mi barrio, en mi colegio, en la Universidad, en el cuartel, en mis años de estudio, en mi apostolado... Aquellos a quienes he combatido, a quienes he causado dolor, amargura, daño... A todos aquellos a quienes he socorrido, ayudado, sacado de un apuro... Los que me han contrastado, me han despreciado, me han hecho daño. Aquellos que he visto en los conventillos, en los ranchos, debajo de los puentes. Todos esos cuya desgracia he podido adivinar, vislumbrar su inquietud. Todos esos niños pálidos, de caritas hundidas... Esos tísicos de San José, los leprosos de Fontilles... Todos los jóvenes que he encontrado en un círculo de estudios... Aquellos que me han enseñado con los libros que han escrito, con la palabra que me han dirigido. Todos los de mi ciudad, los de mi país, los que he encontrado en Europa, en América... Todos los del mundo: son mis hermanos.”

lunes, 3 de septiembre de 2007

De Cristián Warnken Lihn:
(Profesor de literatura, Comunicador y Poeta)

“¿Cómo no estremecerse ante la inmensa epopeya del hombre de hacer habitable la Tierra, de transformarla en “mundo”? ¿Y cómo no temblar al pensar que esa conquista puede ser borrada en un dos por tres, sin dejar rastro ni memoria?”

domingo, 2 de septiembre de 2007

“El placer de servir”
Gabriela Mistral


Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.

Sé el que apartó la piedra del camino, el odio entre los corazones y las dificultades del problema.

Hay una alegría del ser sano y la del ser justo; pero hay, sobre todo, la inmensa alegría de servir.

Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

Que no te llamen solamente los trabajos fáciles. Es tan bello hacer lo que otros esquivan!

Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios; adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.

Aquél que critica; éste es el que destruye. Tú sé el que sirve. El servir no es tarea sólo de seres inferiores. Dios que da el fruto y la luz que sirve, pudiera llamarse así: El que sirve.

Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol? ¿A tu amigo? ¿A tu madre?
“La vida y la muerte”
Rabindranath Tagore

“Cuando una flor muere, nace una semilla,
cuando una semilla muere, nace una planta.
Y la vida sigue su camino más fuerte que la muerte.”
De la canción “Latin Blues”
Luis Le-Bert, Santiago del Nuevo Extremo


Y que florezca la verdad,
libre entre la voz de los que quiero,
y que nos deje una palabra, vida y puro verbo.
Y me proteja la razón,
nunca el corazón quito algún riesgo,
y que querías, si viajar con la verdad, puede dolernos.

Nunca el Dios del bien se fue de aquí,
si miras bien está cantando junto a ti,
toda esperanza en la verdad,
que no tuvimos ni la voz para decir que falta alguien de acá,
el que sufrió la carne abierta al sol, queriéndote.

Que disimula tu antifaz,
cómo puedes no enterrar tus muertos,
no te imaginas que los ojos del dolor son siempre ajenos.
Que se me pierda el corazón, una y otra vez donde no debo,
yo no te compro ese silencio, negociaste en el infierno.

Nunca el Dios del bien se fue de aquí,
si miras bien esta cantando junto a ti,
toda esperanza en la verdad,
que no tuvimos ni la voz para decir que falta alguien de acá,
y el que sufrió la carne abierta al sol, queriéndote.

Existe alguien más allá de esta canción,
que fue hacia el frió y se llevó mi corazón.
Traigo una esperanza a mi ciudad,
llena de las cosas que hacen falta,
te prometo un buen lugar para dejar tu sombra intacta.
No desaparece la verdad, no hacia el corazón lo sabe y canta,
¿Que tendrá el color del viento?, cuando vuela nos encanta.

Nunca el Dios del bien se fue de aquí,
si miras bien esta cantando junto a ti,
toda esperanza en la verdad, que no tuvimos ni la voz…

Poema de Beatriz Martinelli

“En esta tarde salí a buscarte
pero me encontré conmigo.
Salí a buscarte corriendo
te habías ido sin darte vuelta.
Supe que el asombro
la tristeza, la soledad
eran mi sino.”

Del libro “Hiroshima”(*)
John Hersey

“La señora Nakamura estaba de pie, mirando a su vecino, cuando todo brilló con el blanco más blanco que jamás hubiera visto. No se dio cuenta de lo ocurrido a su vecino; los reflejos de madre empezaron a empujarla hacia sus hijos. Había dado un paso (la casa estaba a 1.234 metros del centro de la explosión) cuando algo la levantó y la mandó como volando al cuarto vecino, sobre la plataforma de dormir, seguida de partes de su casa.
Trozos de madera le llovieron encima cuando cayó al piso, y una lluvia de tejas la aporreó; todo se volvió oscuro, porque había quedado sepultada. Los escombros no la enterraron profundamente. Se levantó y logró liberarse. Escuchó a un niño que gritaba: “¡Mamá, ayúdame!”, y vio a Myeko, la menor -tenía 5 años-, enterrada hasta el pecho e incapaz de moverse. Al avanzar hacia ella, abriéndose paso a manotazos frenéticos, la señora Nakamura se dio cuenta de que no veía ni escuchaba a sus otros niños.

(…) El padre Kleinsorge subió a una habitación del tercer piso, se quitó toda la ropa, excepto sus interiores, se acostó en su catre sobre su costado derecho y comenzó a leer su Stimmen der Zeit.
Después del terrible relámpago -el padre Kleinsorge se percató más tarde de que el resplandor le había recordado algo leído en su infancia acerca de un meteorito que se estrellaba contra la Tierra- tuvo apenas tiempo (puesto que se encontraba a 1.280 metros del centro) para un pensamiento: una bomba nos ha caído encima. Entonces, durante algunos segundos o quizá minutos, perdió la conciencia.
El padre Kleinsorge nunca supo cómo salió de la casa. Cuando volvió en sí, se encontraba vagabundeando en ropa interior por los jardines de hortalizas de la misión, sangrando levemente por pequeños cortes a lo largo de su flanco izquierdo; se dio cuenta de que todos los edificios de los alrededores se habían caído, excepto la misión de los jesuitas, que tiempo atrás había sido apuntalada y vuelta a apuntalar por un sacerdote llamado Gropper que le tenía pavor a los terremotos; se dio cuenta de que el día se había oscurecido, y de que Muratasan, el ama de llaves, se encontraba cerca, gritando: “¡Shu Jesusu, awaremi tamai! ¡Jesús, Señor nuestro, ten piedad de nosotros!”.”


(*) Este texto se puede escuchar en:
http://www.emol.com/especiales/infografias/20050805_hiroshima.htm

“Arte Poética”
Vicente Huidobro


Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!
Hacedla florecer en el poema.

Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.

El Poeta es un pequeño Dios.

sábado, 1 de septiembre de 2007

“Aprendizaje de edad”
Anónimo

“A los 15 años, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada.
A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
A los 28, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te puede doler la vida entera.
A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo.
A los 34, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.
A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que estoy en casa me gustaría estar viajando.
A los 39 aprendí que puedes saber que tu esposa te ama, cuando sobran dos croquetas y elige la menor.
A los 42 aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estás corriendo los suficientes riesgos.
A los 47 aprendí que niños y abuelos son aliados naturales.
A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo.
A los 71, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin resolver una pelea.
A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.
A los 75 aprendí que envejecer es importante.
A los 91, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.
A los 92, aprendí que todavía tengo mucho para aprender.”
Del texto “Necesidad del asombro”
José Julio Perlado

“La sorpresa parece haber sido devorada por la costumbre. Ese asombro en la mirada de un niño, el asombro ante lo creado, ante el brillo humedecido de una hoja, el asombro ante el rocío, ante los movimientos de un animal, ante el contraste de los colores, parece que desapareciera bajo el traqueteo de los días iguales…”
(…)“Aprender a ver. Ejercitar el ojo para abrirse al asombro. Nuestra pupila ve los telediarios y no los mira, los mira y no los comprende. A la pupila le falta muchas veces la comprensión, ese ponerse en lugar del otro, no recibir tan sólo sino aprehender imágenes y sonidos que nos desvelan lo que ese otro lleva dentro.”
(…)“El mundo ha de continuar (y queramos o no continúa), y la valentía es proseguir en el mundo -hacerse mundo- y mejorarlo a cada vuelta. Las vueltas las da el mundo y las doy yo con él, o quizá al revés, cuanto mejor dé yo la vuelta mejorando mi giro personal y en apariencia tan insignificante, más se enriquecerá la vuelta del mundo en el girar de la historia.
Para eso está la atención, la comprensión, la compasión, el aprender a ver al otro lado y dentro de los demás, el aprender a ver dentro de uno mismo. Para eso está el asombro.”
(…)“Nosotros, que vivimos en el dejá vu, en la costumbre de creer haberlo visto todo, la frase de San Pablo "ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por el corazón del hombre, las cosas que preparó Dios para los que le aman" (I Cor 2, 9) nos proyecta a una sorpresa sin cansancio, nos conduce a un asombro infinito cuyo secreto está en que nunca dejaremos de asombrarnos.”
“Pensar es resistir”
Cristián Warnken Lihn

“En tiempos de farándula y vacío, pensar es resistir. Elevarse unos centímetros sobre el suelo. Plantar una flor en el desierto. Un árbol cada día, sin estruendo, con ardiente paciencia. Juntar agua para la vieja sed de preguntas. Se va el año, pero quedan las conversaciones flotando en el aire. Oxígeno para los que no bajan la guardia…”
“Caminante, son tus huellas”
Antonio Machado


Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
“Agranda la puerta, padre”
Miguel de Unamuno


Agranda la puerta, padre,
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños
yo he crecido a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta,
achícame por piedad;
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar.
Del libro “Borges oral”
Jorge Luis Borges

“Seguiremos siendo inmortales; más allá de nuestra muerte corporal queda nuestra memoria, y más allá de nuestra memoria quedan nuestros actos, nuestros hechos, nuestras actitudes, toda esa maravillosa parte de la historia universal, aunque no lo sepamos y es mejor que no lo sepamos”