martes, 9 de diciembre de 2008

Del poema “Altazor”
Vicente Huidobro

Canto I

Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?
¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa
Con la espada en la mano?
¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?
¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser?
Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir
¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?
Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor
Estás perdido Altazor
Solo en medio del universo
Solo como una nota que florece en las alturas del vacío
No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza

¿En dónde estás Altazor?

(...)

sábado, 15 de noviembre de 2008

Del libro “Cartas escogidas”
Hermann Hesse

A Emmy Ball-Hennings
Zurich, 1928

“(...) Al fin y al cabo, la gente de nuestra clase no hace ni ha hecho otra cosa en todo el tiempo que pedir por los medios más desesperados y en los lenguajes secretos más complicados del mundo un poco de amor y comprensión, pues a pesar de toda nuestra desesperación y nuestros fracasos conservamos aún en un rincón del corazón la creencia de que la música que hacemos tiene sentido y proviene del cielo (...)”

jueves, 16 de octubre de 2008

Del poema “Funeral Blues” (*)
Wystan Hugh Auden
(1907-1973)

“Stop all the clocks, cut off the telephone,
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum
Bring out the coffin, let the mourners come.

Let aeroplanes circle moaning overhead
Scribbling on the sky the message He Is Dead,
Put crêpe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.

He was my North, my South, my East and West,
My working week and my Sunday rest,
My noon, my midnight, my talk, my song;
I thought that love would last for ever: I was wrong.

The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood.
For nothing now can ever come to any good.”

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“Paren todos los relojes, corten el teléfono,
Prevengan al perro con un jugoso hueso,
Silencien los pianos y con un apagado tambor,
Traigan el ataúd, dejen venir a los dolientes.

Que los aviones hagan círculos gimiendo sobre nuestras cabezas
Garabateando en el cielo el mensaje “El ha Muerto”,
Pongan crespones en los cuellos blancos de las palomas públicas,
Dejen que los policías del tráfico usen guantes de algodón negros.

Él fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso Dominical,
Mi amanecer, mi medianoche, mi conversación, mi canción;
Pensé que el amor duraría para siempre: Estaba equivocado.

Ahora no se quieren las estrellas: apáguenlas todas;
Llévense la luna y desmantelen el sol;
Vacíen el océano y barran los bosques.
Porque ya nada de lo que venga puede ser bueno.



(*) Poema que escuché en la película “Cuatro bodas y un funeral” (1994), dirigida por Mike Newell.

viernes, 3 de octubre de 2008

Del poema “Little Gidding”
No. 4 de “Cuatro Cuartetos”
Thomas Stearns Eliot
(1888-1965)

V

“What we call the beginning is often the end
And to make an end is to make a beginning. [1]
The end is where we start from...

(...)

We shall not cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And know the place for the first time...”

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V

“Lo que llamamos el comienzo es a menudo el final
Y hacer un final es hacer un comienzo.
El final es desde donde comenzamos...

(...)

No cesaremos en la exploración
Y el final de todo nuestro explorar
Será llegar a donde comenzamos
Y conocer el lugar por primera vez...”



[1] Algunas publicaciones transcriben mal la frase “And to make an end” y escriben “And to make and end”.

martes, 30 de septiembre de 2008

“Al mar le digo” (*)
Benjamín Cuevas Lira

Al mar le digo:
“¡cállate mar, cálmate mar!,
que estoy empapado de sentimientos,
que estoy empapado de pensamientos.

Déjame un segundo
sentir lo que siento,
pensar lo que pienso,
ir a mi mar adentro.

Dame esa libertad
déjame por piedad,
necesito silencio.”


(*) Escrito preliminar. No citar.

domingo, 28 de septiembre de 2008

De la canción “Cuando nadie me ve”
Alejandro Sanz

“A veces me elevo, doy mil volteretas
a veces me encierro tras puertas abiertas
a veces te cuento por qué este silencio
y es que a veces soy tuyo y a veces del viento.

A veces de un hilo y a veces de un ciento
y hay veces, mi vida, te juro que pienso:
¿por qué es tan difícil sentir como siento?
sentir ¡como siento! que sea difícil.

A veces te miro y a veces te dejas
me prestas tus alas, revisas tus huellas
a veces por todo aunque nunca me falles
a veces soy tuyo y a veces de nadie
a veces te juro de veras que siento,
no darte la vida entera, darte sólo esos momentos
¿porqué es tan difícil?...vivir sólo es eso...
vivir, sólo es eso...¿por qué es tan difícil?

Cuando nadie me ve
puedo ser o no ser cuando nadie me ve
pongo el mundo al revés
cuando nadie me ve no me limita la piel
cuando nadie me ve
puedo ser o no ser
cuando nadie me ve.

(...)

Te escribo desde los centros de mi propia existencia
donde nacen las ansias la infinita esencia
hay cosas muy tuyas que yo no comprendo
y hay cosas tan mías pero es que yo no las veo
supongo que pienso que yo no las tengo
no entiendo mi vida, se encienden los versos
que a oscuras te puedo, lo siento no acierto
no enciendas las luces que tengo desnudos,
el alma y el cuerpo...”

lunes, 22 de septiembre de 2008

Del libro “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”
Pablo Neruda

20

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.”

martes, 16 de septiembre de 2008

“Hecho inesperado”(*)
Benjamín Cuevas Lira

“Franco y profundo hecho que
sin esperarte, abres
los ojos, la vida,
todo se hace maravilla.

Hecho inesperado
que al fin espero,
estoy atento a...
...tus notas, a tu ritmo imperecedero.

Que consuelo das,
cuando llegas y te vas,
ahora sigo el andar...
...contemplando...tu actuar.”


(*) Escrito preliminar. No citar.

martes, 1 de julio de 2008

Del texto “El saber y el sabor”:
Florencio Segura

“1. Vivir es ante todo en­con­trarle a la vida dos cosas: sentido y gusto. Es decir, hay que vivir con saber y con sa­bor. Y corre­mos el peligro de que nuestra sociedad esté perdiendo ambas cosas. Dicho en andaluz, ¡qué malo es vivir “esnortado” y “esaborío”, sin norte y sin sabor!. Porque una cosa es vivir y otra pasar por la vida.

Si logramos encontrarle a nuestra vida sentido, pero no encontramos gusto, viviremos densamente, pero tristes. Si vivimos con gusto, pero sin encontrarle a nuestra vida un sentido hondo, un porqué profundo, viviremos alegres, pero vacíos.

Por eso, cuando logramos vivir al mismo tiempo con sen­tido y con gusto, con saber y con sabor, empezamos a vi­vir en plenitud, empezamos a ser per­sonas.

Uno llega a ser persona cuando ha logrado solucionar el por qué y el cómo de su vida: Vivir con saber es vivir con sentido, saber por qué se vive. Vivir con sabor es vivir con gusto, encontrar cómo hay que vivir. Cuidado con abandonar los saberes por los conoci­mientos; ojo con cambiar los gustos por los impulsos.

2. Trae fatales consecuencias para nuestra cultura confundir saber por conocer. A veces, de­genera tanto el concepto de co­nocer que identificamos co­nocer con estar informado. Saber es integrar, y quizá sea el ritmo de la vida y de la dispersión de las ciencias lo que no nos deje convertir nuestros conocimientos en sa­beres.

El hecho de saber cada vez más sobre menos y menos, nos va a llevar a saber mucho de nada. Erikson llama a estos especialistas “idiotas ha­bilido­sos”. Es muy peligroso abando­nar el saber, sustituyéndolo por el mero conocer.

3. Pero también nuestra cul­tura y civilización puede perder el sabor. Y es que per­der el sa­bor es perder el gusto por la vida, que viene de una relación sabrosa con los obje­tos y de una relación cordial con las personas. No podemos relacionarnos con las cosas y con las personas so­lamente a nivel funcional. Nuestra sociedad de con­sumo está creando una civili­za­ción de objetos para tirar, por­que ya no nos da tiempo para aficionarnos a ningún objeto.

Tenemos psicología de sol­dados que conquistan y nos falta la moral del colono, que es el que habita. De amos del mundo estamos pasando a ser “inquilinos”, porque caemos en la cultura del tener frente a la del ser, y terminamos comidos por nuestros propios muebles que no dejan sitio para noso­tros en nuestra propia casa. Tenemos cada vez más co­nocidos, pero cada vez me­nos amigos. Corremos el peli­gro de pasar de una civiliza­ción de ob­jetos para tirar, a una civiliza­ción de personas para tirar.

4. La tarea que le queda al hombre para irse haciendo per­sona es la de integrar. Hay que saber integrar el conoci­miento con el sentimiento. El saber está en la armonía de la cabeza con el corazón para ser señor de las cosas: es la diferencia entre ser persona y ser cliente. Nos sobran a veces listas de precios y nos faltan escalas de valores. Se conoce el precio de todo y no se sabe el valor de nada. “No el mucho saber harta y satisface el ánima, mas el sentir y gustar de las cosas interna­mente”, dice un viejo libro del siglo XVI.

Hay que saber integrar. Hay que seguir integrando sa­ber y sabor a base de desem­polvar valores poco cotizados en nues­tra cultura técnica: el sentido y la belleza, la con­templación, la gratuidad, la capacidad de sor­presa, la mi­sericordia. No compensa dedicarse técnicamente a hacer un mundo más rápido, más lógico, más rico, más fuerte. Compensa vivir con saber y con sabor, para hacer un mundo más habitable, sabién­dole dar razones para vivir y razones para esperar.”

lunes, 30 de junio de 2008

Del texto “Mi nuevo hogar”
Cristián Warnken Lihn
(24 de enero de 2008)

“Sagrado territorio de las lágrimas, isla del misterio y el dolor, cierra tus frágiles fronteras y no dejes entrar los falsos consejos, las opinologías de todo tipo (las del espíritu sobre todo), las morfinas y psiquiatrías anestesiantes, a los que predican duelos express y a los mercaderes del consuelo. Tú eres ahora mi casa, mi refugio sobre el abismo. Eres el hogar más digno que he logrado levantar en medio de la tempestad.

Aquí quiero estar por mucho tiempo, país y ciudad del dolor vivido a fondo, al descampado, tierra de lo que crece en el silencio, lejos de los que vociferan recetas. Jardín de los “cálices de flores deshojadas con ternura”, de las raíces al acecho, tamizadas por una luz muy tenue y temblorosa. Aquí no entran los periódicos, ni se practica el voyerismo del dolor de los otros. Aquí se vive y se habla de un dolor sólo cuando se ha vivido el dolor. Aquí no se apura a los que lloran, porque las lágrimas son el abono del cielo. Aquí se puede blasfemar, gemir, incluso dejar de respirar, perder el habla y la visión. ¿Podría entenderlo el que nunca ha estado aquí? Aquí hay tiempo para abrazar y tiempo para extraviarse en la propia soledad aun a riesgo de perder el camino de regreso.

Apenas conozco un sector de estas tierras; me dicen que sus límites se extienden más allá de lo probable. Pero aquí no hay prisa ni carreras ni metas: caminamos como fantasmas con todo el tiempo del mundo, pasajeros en tránsito a quién sabe dónde. Muchos han querido instalar aquí sus pequeños negocios, sus sucursales del consuelo; pero han fracasado. La delicadeza, la finura, la sutileza de este lugar hace que cualquier discurso o prédica o fórmula suene destemplada, hueca, vacía. En la noche, miramos el cielo estrellado por horas, embobados por el espectáculo de nuestra insoportable finitud. Al amanecer, oímos con gozo y dolor a los pájaros.

Hasta el agua que bebemos a veces nos hiere; muchos cierran los ojos por horas, o se detienen a contemplar acontecimientos muy leves, casi imperceptibles, como si allí, en el reino de los detalles ignorados, algo quisiera ser dicho en susurros o leves pálpitos, sin estrépito. Aquí aprendimos que el misterio es más vasto que la verdad.

Espero con ansia la visita de las arañas de la tarde, de las polillas nocturnas y el paso de las nubes harapientas del mes de enero. El canto de un grillo es a veces mi tabla de salvación. La estrella de la mañana nos espera para ser vista, la luna nos tiene paciencia, el sol se demora en aparecer si es necesario. A veces nos llegan de la otra orilla cartas, libros, regalos. Una línea nos cansa, pero a veces basta para iluminarnos. Los capítulos, los ensayos extensos, los libros de filosofía sistemática parecen, leídos aquí, farragosos, pomposamente inútiles, pesan mucho. Pero uno puede quedarse pegado una hora leyendo una línea del Sermón de la Montaña, o un verso de Rilke.

Me sorprende cómo todo se va dando en la gratuidad completa, cómo todo llega por añadidura, sin anunciarse. Por ejemplo, alguien me dejó una flor de loto que ahora es mi gran compañera: me emociona ver cómo se abre y cómo se cierra, y la amo y la necesito, sabiendo que tiene los días contados. ¿Cómo llegan las cosas, las personas que necesitábamos en el momento preciso? Aquí hacemos sólo una cosa al día, más nos parece desmesura. Hoy escuché que un niño reía en el jardín de al lado; me agazapé entre las ramas y atendí a esa risa con devoción, con nostalgia. ¡Cómo lloré con esa risa, clara, fresca como el agua de la fuente! En fin, es tan difícil de explicar, de decir. ¿Cuándo volverán al mundo? -me preguntan frecuentemente los amigos desde el otro lado-. “Esta es mi casa por ahora -contesto- y mi familia son las horas vacías del verano”.

Aquí se vive y se habla de un dolor sólo cuando se ha vivido el dolor.

Aquí no se apura a los que lloran.”

domingo, 29 de junio de 2008

De la película “If only” (Antes que termine el día):
(Jennifer Love Hewitt - Paul Nicholls)

[…]

Samantha Andrews: ¿What?

Ian Wyndham: I love you.
S: Ooh I love you too.
I: I wanna tell you why I love you.
S: It's... It's raining, you know that right.
I: I have to tell you this and you need to hear it. I loved you since I met you, but I wouldn't allow myself to truly feel it until today. I was always thinking ahead, making decisions soaked with fear... Today, because of you... what I learned from you; every choice I made was different and my life has completely changed... and I've learned that if you do that, then you're living your life fully... it doesn't matter if you have five minutes or fifty years. Samantha if not for today, if not for you I would never have known love at all... So thank you for being the person who taught me to love... and to be love.

S: I don't know what to say.
I: You don't have to say anything... I just wanted to tell you.

S: Thank you… Go home…You comming?
I: Of course.

----------------------------------------------------------------

[…]

Samantha Andrews: ¿Qué?

Ian Wyndham: Te amo.
S: Ooh Yo también te amo.
I: Quiero decirte por qué te amo.
S: Está lloviendo. Ya te diste cuenta, ¿verdad?

I: Tengo que decirte esto y tú necesitas oírlo. Te he amado desde que te conocí… pero no me había permitido sentirlo realmente hasta hoy. Siempre pensaba en el futuro. Tomaba decisiones por miedo. Hoy… gracias a lo que he aprendido de ti… cada cosa que he elegido fue diferente… y mi vida ha cambiado completamente. Y he aprendido… que si haces eso, estarás viviendo tu vida al máximo. No importa si tienes cinco minutos o cincuenta años. Samantha, si no fuera por hoy, si no fuera por ti… nunca hubiera conocido el amor. Así que, gracias por ser la persona que me enseñó a amar. Y a ser amado.

S: No sé qué decir.
I: No tienes que decir nada… Sólo quería decírtelo.

S: Gracias… Vámonos a casa… ¿Vienes?
I: Claro.

sábado, 28 de junio de 2008

De Confucio:
(Filósofo chino, creador del confucianismo, 551 - 479 a. C.)

“Me lo contaron y lo olvidé. Lo vi y lo entendí. Lo hice y lo aprendí.”

domingo, 22 de junio de 2008

De una charla a papás de niños de 5to básico:
Colegio San Ignacio El Bosque

“Ni tan cerca que me achicas, ni tan lejos que me pierdo…”

jueves, 19 de junio de 2008

Del texto “Memorias Memorables”:
Sebastián Rojas Saffie

“Cuando era pequeño, nos hicieron plantar una semilla en un macetero, no fue nada grandioso, pero al poco tiempo ya era una plantita, y me la llevé a casa feliz. Al poco tiempo se murió por no regarla, y me puse a llorar, mi hermano se burló de mí al principio y lo odié, pero después me dijo que todo tiene que morir, que en este mundo nada es eterno. Eso me ayudó a madurar...
Desde el día de su muerte, planté otra semilla, aquí en el patio, mira, estamos almorzando bajo su sombra...”

(de un señor que conocí en misiones y me convido a almorzar)

miércoles, 18 de junio de 2008

De Friedrich Hölderlin:
(Poeta alemán, 1770-1843)

“Quien piensa lo más hondo, ama lo más vivo”

martes, 17 de junio de 2008

Del libro “Diario de Muerte”:
Enrique Lihn

“Nada tiene que ver el dolor con el dolor
nada tiene que ver la desesperación con la desesperación
Las palabras que usamos para designar esas cosas están viciadas
No hay nombres en la zona muda...”

jueves, 12 de junio de 2008

De Heráclito:
(Filósofo griego, 544 - 484 a. C)

“Espera y hallarás lo inesperado”

sábado, 31 de mayo de 2008

Del texto “Estar aquí”
Patricia May
(31 de Mayo de 2008)

“Una de las causas centrales del estrés es que solemos estar tan obsesionados con la cantidad de cosas que tenemos que hacer, que la vida se transforma en una actividad incesante de ir haciendo una tarea tras otra, donde la idea es terminar rápido con una para comenzar la otra.

Tendemos a poner atención al objetivo final de lo que hacemos, entregar un informe, hacer el almuerzo, reparar un desperfecto, en una orientación excesiva al logro sin darle importancia a la vivencia del proceso mismo. Sin embargo, la vida ocurre en el proceso. Si observamos en qué disposición interior hacemos las cosas, nos daremos cuenta de que muchas veces estamos en un estado de ansiedad, enojo, inquietud, o dándoles vueltas a problemáticas
[...]

Darnos cuenta de que la fuente de nuestro descontento vital está en el interior de nosotros y comenzar la práctica de transmutarlo.

¿Cómo? Una práctica central es disfrutar el proceso, centrarnos en lo que estamos en el momento, hacer la cama, conversar con alguien, ir a buscar a los niños al colegio, una reunión de trabajo, una lectura, como si eso fuera todo lo que existiera, centrarnos completamente, poner lo mejor en el hacer, en la acción misma, más que en el resultado de la acción. Esto involucra vivir presentes en lo que la vida está siendo en este momento, abandonando toda anticipación, presunción, enojo, estar ahí, simplemente ahí.

El presente es todo lo que existe y al entrar profundamente en cada momento accedemos a un espacio-tiempo distinto, donde desaparece la ansiedad del reloj, del tiempo lineal y con ello la angustia que nos produce el estar siempre “contra el tiempo”. Entramos en un espacio calmo creado por nuestra propia mente donde no hay tiempo, sólo este hacer en la mejor disposición, en profunda entrega de mí, mis habilidades y talentos. Entrar ahí es entrar en un cielo sereno donde cada acto se vuelve tan sagrado que ya nos cuesta catalogar algunas cosa más importantes que otras, todo es importante, todo es sagrado...”

jueves, 8 de mayo de 2008

Del texto “Bajo el volcán”
Cristián Warnken Lihn
(08 de Mayo de 2008)

“Los volcanes estallan donde quieren y cuando quieren. Por cada erupción que logremos prever, siempre habrá un volcán que irrumpa donde no lo esperábamos. Así es la vida. [...] Cada vez que nos dormimos creyendo haber levantado nuestro campamento sobre tierra firme, un estallido nos despierta y nos recuerda que somos fragilidad y milagro [...] ¿Y qué hacer entonces? Vivir sin olvidar el imperativo de Nietzsche: “Levantad vuestra carpa bajos los volcanes”. No sacamos nada con huir, con arrancar lejos de los volcanes, porque éstos están más cerca de lo que pensamos, a la vuelta de la esquina. El que huye de los volcanes huye de la vida.
[...] Y nosotros, que vivimos en el fin de la tierra, bajo el cielo más vasto y al borde de todos los abismos, debiéramos tener ese arte de vivir a la intemperie, en lo incierto. [...] Chile debiera ser un gran laboratorio para aprender a vivir bajo los volcanes. Ésa es nuestra única poética posible, lo demás será siempre copia burda, inauténtica.
Es que no sabemos vivir. ¡No sabemos! Cada explosión del volcán Chaitén es una lección gratuita e inequívoca de lo imprevisible que nos rodea. Las explosiones de supernovas en el cielo también, a otra escala, nos vienen enseñando lo mismo hace milenios.
[...] Queremos programarlo todo, hacer que la vida quepa en nuestras agendas y pautas ilusorias. Pero siempre una sacudida, un viento inconocido desarmará nuestro pretencioso castillo de naipes. [...] No sé si hay un orden oculto, o un desorden que danza a nuestros pies, sólo sé que hay que seguir viajando, como Maja e Inga [viajeras alemanas sesentonas, que no se dejaron vencer por el miedo, a pesar de las inciertas condiciones, y continuaron su largo viaje hasta el final], bajo la ceniza, con el viento en contra, en territorios desconocidos, al extremo sur de nuestras pobres certezas...”

domingo, 27 de abril de 2008

Del diálogo “Laques”:
Platón

“...Y si alguno se burla de nosotros porque, a nuestra edad [±50 años], pensamos en frecuentar las escuelas, me parece que hay que citarle a Homero, que dijo [1]: “No es buena la presencia de la vergüenza en un hombre necesitado”.”


[1] Cf. Odisea, XVIII.

lunes, 14 de abril de 2008

Del texto “La hoja y el viento”:
Patricia May
(12 de Abril de 2008)

“Quizás [...] una de las cosas más importantes que vamos aprendiendo a medida que maduramos es que no tenemos las cosas controladas, que la vida es tan múltiple y creativa que es imposible tenerlo todo calculado, que siempre nos sorprende con situaciones no esperadas, muchas veces ni siquiera imaginadas…”
[...] “El ritmo de todo se ha acelerado y ello trae mutaciones constantes en todas las áreas del vivir.
Las cosas están siempre cambiando más allá de nuestro control, deseos, expectativas, la vida nos sorprende gratamente a veces, otras nos arrolla, revuelca, duele con lo inesperado…”
[...] “A veces tenemos la sensación de estar inmersos en un caos, de ser hojas movidas por el viento [...] no somos capaces de leer el texto global del sentido de los procesos, porque sólo vemos letras, o frases, no el libro, sólo vemos árboles y no el bosque, sólo partes y no la totalidad en que estas adquieren sentido.
Quizás algún día despertemos y veamos que somos la hoja y también el viento y podamos oír la música de fondo, el sutil murmullo que impulsa a la vida, nuestra vida y ver el diseño, el orden, la tendencia impecable que impulsa al aparente desorden y sin sentido del cambio...”

sábado, 22 de marzo de 2008

Del libro “Las Preguntas de Jesús”
Fernando Montes, SJ

2

“¿Y tú que eres maestro en Israel no sabes estas cosas?”
(Juan 3, 10)

“Hemos dedicado una parte importante de la vida a aprender. Hicimos grandes sacrificios para acrecentar nuestros saberes.
¡Cuántas horas de estudio! ¡Cuántas vigilias! ¡Cuántos exámenes y pruebas tuvimos que rendir! Y de todo eso ¿qué nos ha quedado? Muchos de los versos que aprendimos se olvidaron y tal vez ya no seamos capaces de repetir la lección que nos dieron los maestros. Pero algo de todo aquello se incrustó en lo más hondo de nosotros. Esos conocimientos configuraron en buena parte nuestro ser y nuestro obrar.
Y cuando llegue el momento del arqueo final, ¿qué quedará de todo lo aprendido con tantos padeceres? ¿Habremos asimilado lo que en realidad era importante?
(…) Tú que has dedicado tanto tiempo a estudiar, finalmente ¿qué sabes de la vida?
Este saber profundo no ocupa lugar, no está vedado a nadie y curiosamente los más pobres, los que más sufren y los débiles pueden llegar a él con más hondura. Este saber rompe las reglas del aprendizaje y puede florecer cuando la memoria ya debilitada deja partir lo estudiado. Cuando las fuerzas van flaqueando, el hombre es capaz de percibir dónde está lo esencial: aquello que debe perdurar.”

jueves, 20 de marzo de 2008

Del texto “Buenos días, señor abismo”
Cristián Warnken Lihn
(21 de febrero de 2008)

“Hoy siento la derrota de ser hombre, porque he metido mis pies en el abismo y no puedo sacarlos de ahí; porque vago con una débil lámpara que se apaga, en una larga noche de tormenta, y toco puertas que no se abren, y tiemblo de terror y pena como un niño.
Soy una hoja batida por el viento, una casa en ruinas, un árbol caído y sin raíces. Soy el derrotado, el fulminado, el caído. Soy el hombre, el mamífero que piensa y ríe, el que se creyó Dios -y bailó sobre la tumba de Dios-, pero que -sin aviso- es ahora el gusano que repta y clama. ¿Y quién lo escucha?...”

martes, 18 de marzo de 2008

“¿Vivir o Sobrevivir?”
Anónimo

“Hay personas que no viven,
sino que sólo sobreviven.
Y hay personas que no van a poder morir,
porque ya están muertos…”

domingo, 16 de marzo de 2008

Del poema “El ciego”
Jorge Luis Borges

I

“Lo han despojado del diverso mundo,
de los rostros, que son lo que eran antes.
De las cercanas calles, hoy distantes,
y del cóncavo azul, ayer profundo.
De los libros le queda lo que deja
la memoria, esa forma del olvido
que retiene el formato, no el sentido,
y que los meros títulos refleja.
El desnivel acecha. Cada paso
puede ser la caída. Soy el lento
prisionero de un tiempo soñoliento
que no marca su aurora ni su ocaso.
Es de noche. No hay otros. Con el verso
debo labrar mi insípido universo...”

viernes, 14 de marzo de 2008

“De una cara a una mirada”(*)
Benjamín Cuevas Lira

“De una cara a una mirada,
de un amor a una vida,
de una caída a una sabiduría.

De una caricia a un beso,
de una sonrisa a una risa,
de una emoción a un poema...”


(*) Escrito preliminar. No citar.

jueves, 13 de marzo de 2008

Del poema “Contacto externo”
Vicente Huidobro

“…Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre.”

miércoles, 12 de marzo de 2008

Del texto “La sonrisa de un hombre acabado”
Sebastián Rojas Saffie

“Existe un lugar, en donde cada vez que pestañeas y vuelves a abrir los ojos, te encuentras con cosas nuevas, cosas que te impresionan y te alegran la vida, un lugar donde esa sonrisa incontenible aflora, es ese lugar, donde siempre quisiste estar y no lo sabías, hasta que te encontraste ahí parado y sonriendo...”

Me hicieron ordenar mi pieza, y entre los papeles más viejos, encontré este fragmento, y me llamó la atención. Esto que leen arriba, lo escribió un hombre de más de 90 años en una actividad que alguna vez hice en un hogar de ancianos. Yo no le di mucha importancia entonces, quizá me faltaba madurar... Pero ahora que estoy en busca de mi propia felicidad y realización personal, creo que me hace mucho sentido esto...

“... Las alas rotas de un individuo, se pueden transformar en una especie de plataforma desde donde otros pueden emprender su vuelo...”

Lo poco que recuerdo de este señor, es que ya estaba acabado, ahí tendido en una cama en el hogar, esperando su hora. Él lo sabía, y no se quejaba. Cada vez que se ponía a hablar de sus tiempos, se emocionaba y a veces sonreía, otras, lloraba... Se supone que cometió un error, que lo separó de sus seres queridos, nunca se refería bien al tema... pero siempre me decía que quisiera a mi gente, y no hiciera nada que los pudiera alejar de mi...

“...He abandonado la esperanza, y he descubierto que la sonrisa es lo último que se pierde...”

Tantas palabras sabias, y ese viejo que con una sonrisa se burlaba de su destino solitario, ¿Cómo puede seguir sonriendo?... Al parecer este hombre fue tan feliz alguna vez, que de solo recordar ese lugar al que llegó en vida, no puede evitar sentirse feliz... feliz y afortunado... ¿Feliz y afortunado de qué?... de que mientras dependiera de él, fue feliz y afortunado...”

martes, 11 de marzo de 2008

De Ximena Barrera:

“Lamentablemente el ser humano sólo 've' la realidad frente a sus contrastes, somos incapaces de sentirnos felices si no hemos pasado por momentos amargos (…) además la memoria es débil, olvidamos las sensaciones y giramos en un círculo vicioso…”

lunes, 10 de marzo de 2008

De Matsuo Basho:
(Poeta japonés, padre del haiku, 1644-1694)

“No sigas las huellas de los antiguos,
busca lo que ellos buscaron.”

domingo, 9 de marzo de 2008

Del libro “Ética para Amador”
Fernando Savater

“Casi siempre que reflexionamos en situaciones difíciles o importantes sobre lo que vamos a hacer nos encontramos en una situación parecida a la de ese capitán de barco del que habla Aristóteles. Pero claro, no siempre las cosas se ponen tan feas. A veces las circunstancias son menos tormentosas y si me empeño en no ponerte más que ejemplos con ciclón incorporado puedes rebelarte contra ellos, como hizo aquel aprendiz de aviador. Su profesor de vuelo le preguntó: «Va usted en un avión, se declara una tormenta y le inutiliza a usted el motor. ¿Qué debe hacer?» Y el estudiante contesta: «Seguiré con el otro motor.» «Bueno —dijo el profesor—, pero llega otra tormenta y le deja sin ese motor. ¿Cómo se las arregla entonces?» «Pues seguiré con el otro motor.» «También se lo destruye una tormenta. ¿Y entonces?» «Pues continúo con otro motor.» «Vamos a ver —se mosquea el profesor—, ¿se puede saber de dónde saca usted tantos motores?» Y el alumno, imperturbable: «Del mismo sitio del que saca usted tantas tormentas.» No, dejemos de lado el tormento de las tormentas. Veamos qué ocurre cuando hace buen tiempo.”

sábado, 8 de marzo de 2008


“Porque el darse cuenta es siempre un darse cuenta «de» algo que está presente a la conciencia. Y este estar presente no está determinado por el darse cuenta. La cosa no está presente porque me doy cuenta, sino que me doy cuenta porque está ya presente.
(…)
En la intelección me «está» presente algo de lo que yo «estoy» dándome cuenta.”

viernes, 7 de marzo de 2008

Del libro “Escritos de Filosofía”(*)
Benjamín Cuevas Lira

“Filosofar, de algún modo es construir, 'como quien sabe que lo importante de una construcción es que sea sólida y resista en el tiempo al servicio de quien la habita'. No es una construcción cualquiera, 'sino de la casa de la verdad («La verdad... es un ïßêüò, una casa», [Zubiri, Xavier], El hombre y la verdad, p. 146)' y, por eso, se tiene que edificar con esmero y precaución, por amor a quien la va a habitar.”


(*) No citar, escritos incompletos y preliminares. Citas recogidas del texto “Lo más necesario” de Giuseppe Zaffaroni.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Del poema “El Instante”
Álvaro Awad Sirhan

“Siempre estamos muriendo,
Como cuando nacemos,
y lo seguimos haciendo.

El mundo se acabó,
¡Y se creará por cierto!

En este mismo y único instante,
Mágico, distante y cercano,
En el que todo es siempre.

Así como te hablo ahora que tú lees,
Pero no estoy escribiendo…”

lunes, 3 de marzo de 2008

De la canción “Señora de las cuatro décadas”
Ricardo Arjona

“…Señora, no le quite años a su vida,
póngale vida a los años, que es mejor.”

sábado, 1 de marzo de 2008

Del texto “La felicidad, el barro y el mañana a un lado”
Sebastián Rojas Saffie

“Recuerdo que cuando era chico, muy chico, pasé un periodo que me encantaba jugar con barro, era un tanto desagradable para mis padres, porque para ellos significaba tener que lavar mi ropa, pero para mi no había cargo de conciencia, era yo y el barro que se escabullía por los rincones de todo el cuerpo y se acumulaba en los bolsillos, aún recuerdo esa sensación, enlodado entero y sonriendo, como lo hacen los niños a esa edad...

Derrepente pienso en lo difícil que es reír así y disfrutar así las cosas sin pensar en las consecuencias, sin hacer nada malo, solo hacer y poder disfrutar sin remordimientos cuando lo necesitamos. Crecemos y nos preocupamos de cosas que antes no, la imagen, las consecuencias, la preocupación constante por el mañana, y simplemente dejamos lo tan básico y esencial de lado, la pureza... la sonrisa sin trampas, el abrazo honesto, etc... debe ser por eso que todos los niños se van al cielo, eso dice la Biblia por lo menos.

La vida de hoy me invita constantemente a alejarme de mi niñez, y solo me deja sonreír con la imagen de un niño jugando con barro...

Ser sincero, aferrarte a las cosas, cumplir las metas... cada una de esas cosas pueden parecer hasta vacías si no eres capaz de disfrutarlas sin pensar en lo que pasará después, y de ahí que el hombre quiere siempre más y más y no se conforma con nada, porque busca continuamente aquello que lo haga sentir como cuando éramos niños.”

viernes, 29 de febrero de 2008

Del poema “Arte poética”
Jorge Luis Borges

“Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua...”

jueves, 28 de febrero de 2008

Del libro “Tao Te King: Libro del Tao y de su virtud”
(traducción de Gastón Soublette)
Lao Tse

Prólogo de Cecilia Dockendorff.
Huequecura, lago Ranco
Febrero 1990

“El taoísmo le ayuda a este hombre [moderno], poderoso pero angustiado, cazado en la paradoja de ser dueño del mundo pero sin saber para qué, a recuperar su lugar en el concierto más amplio, cuya partitura está dada y con la que él debe armonizarse, sin estridencias, sin alterar el ritmo.”

miércoles, 27 de febrero de 2008

“De vez en vez”(*)
Benjamín Cuevas Lira

Veces que logras, veces que fracasas,
Veces con ganas, veces con desganas.

Veces que guardas y guardas, veces que desechas,
Veces que valoras, veces que desprecias.

Veces que haces lo de siempre, veces que haces lo que nadie haría,
Veces con angustia, veces con alegría.

Veces que tiendes a lo importante, veces que tiendes a lo superficial,
Veces que eres indolente, veces que eres servicial.

Veces que haces silencio, veces que oyes lo expresado,
Veces que haces presente y futuro, veces que vuelves al pasado.

Veces que te preocupas del prójimo, veces que estás ensimismado,
Veces que callas la verdad, veces que eres justo y honrado.

…Veces que escribes y dejas un recuerdo…


(*) Escrito preliminar. No citar.

viernes, 8 de febrero de 2008

De Konrad Lorenz:
(Austriaco, 1903-1989, Premio Nobel en Fisiología o Medicina 1973)

“Se dijo, pero no se escuchó. Se escuchó, pero no se entendió. Se entendió, pero no se aceptó. Se aceptó, pero no se llevó a la práctica. Se llevó a la práctica, pero ¿por cuánto tiempo?”.

lunes, 4 de febrero de 2008

Del texto “Tiempo de bicicletas”
Vasco Moulian

“(…) Un niño que anda en bicicleta, corre, nada o sube cerros, inconscientemente está desarrollando el espíritu de superación, la sana competencia y el amor por la vida libre.”

jueves, 3 de enero de 2008

Del texto “Los que esperan”:
Cristián Warnken Lihn
(29 de noviembre de 2007)

“Ahí está -¿cómo no verlo, cuando cae la tarde?- el hombre que espera. La mujer, con el niño en brazos, que espera. El anciano, con el tiempo sobre sus hombros, que espera. El señor del maletín y de los zapatos recién lustrados, que espera. La muchacha que se puso hermosa este día, que espera. ¡Y cómo esperan! Han esperado siempre, a pesar de lo que digan los que nunca han esperado, “que no pueden esperar”. ¡Pero sí esperan, esperan todavía, seguirán esperando, ahí, en las esquinas, a la ciudad nueva tantas veces prometida, que nunca llegó!
(…)¡Cómo pasa todo, cómo se va la vida, la belleza de la muchacha que se puso hermosa, cómo se viene la muerte del anciano, cómo se pierde la venta de los calcetines que lleva en su maleta el vendedor, por esperar! ¡Cómo se vacían las miradas de los que esperan, hasta volverse neutras, vacías, al caer la tarde!
¿Y qué esperan? Si les preguntaras, tal vez ya no sabrían decirte qué esperan. De tanto esperar, perdieron la ilusión, incluso la esperanza. Y entonces se pusieron a esperar sin objeto, a esperar solamente, como quien espera nada, ¡como quien espera la muerte!
(…)Los hicieron esperar, y esperaron, y de tanto esperar se les armó una paciencia inédita, se armaron de paciencia hasta los huesos, y se fueron gastando en la paciencia sin límite. Y ahora callan, y esperan. Ya no lloran, no gritan, no patean, no dicen que esperan. Sólo esperan, nada más, como si esperar fuera el único verbo de sus vidas, vidas sin sujeto, habitantes varados ahí en los paraderos de nuestra ciudad.
¿Habitantes, dijiste? ¡Por favor! Di lo que son de verdad: “Esperantes”, fantasmas de una espera más real que sus propias vidas.”